domingo, 22 de mayo de 2011

Dos Ford T para unir las tres Américas

Cruzar la América de 1928 en dos Ford modelo T es una gran hazaña, pero aquella historia de tres brasileños que hicieron el trazado de la carretera Panamericana sigue siendo una gran desconocida.

El empresario y aventurero brasileño Beto Braga se ha propuesto sacar a la luz aquella gesta de sus tres compatriotas.

La sola proeza de recorrer 27.000 kilómetros durante 10 años sobre el mítico automóvil, y a través de ríos, cordilleras y la selva, como reflejan maltratadas fotografías de época en blanco y negro, ya sería para Braga "suficiente motivo para darles un lugar en la historia".
Pero es que, además, el trabajo de Leónidas Borges Olivera y Francisco Lopes Cruz, oficiales del Ejército brasileño, y Mário Fava, mecánico, permitió completar una de las columnas vertebrales de este continente: la carretera Panamericana, que con sus actuales 42.000 kilómetros une Alaska con Ushuaia, en la argentina Tierra de Fuego.


"Se olvidó la historia de estos tres hombres, que no son tres brasileños sino en realidad tres americanos, por su espíritu de unión panamericana", señaló Braga en Lima, en medio de una de las etapas del viaje que, siguiendo los pasos de aquellos aventureros, comenzó a realizar hace ya varios meses en Río de Janeiro.

En realidad, el primer contacto de Braga, un empresario brasileño amante de los automóviles, con Borges, Lopes y Fava ocurrió en 1998, cuando encontró en Bolivia una copia del diario de viaje del primero.

Aquella narración de la enorme aventura y los encuentros que durante la misma mantuvieron con presidentes y personalidades de la América de la época le pareció a Braga tan alucinante que no pudo, o quiso, creerla.

Sin embargo, Braga comenzó a investigar y a armar las piezas del viaje, como si de un puzzle se tratara, hasta encontrar con sorpresa que Fava aún estaba vivo y que, con más de 90 años a sus espaldas, aún recordaba los detalles de la gesta.

"Dos locos no podían haber inventado la misma historia, así que comencé a creerla", bromeó Braga.

Fava le confirmó la historia, y le dio además acceso a una caja repleta de documentos y fotografías de los tres brasileños durante el viaje, entre ellas la única que existe de Augusto Sandino con corbata en vez de su pañuelo rojo y que fue tomada solo unas horas antes de ser asesinado en una emboscada que se atribuye a agentes pagados por Estados Unidos.
"Fueron testigos de la historia latinoamericana", afirmó Braga.

Aún más sorprendente resulta el olvido al que se ha condenado esta historia si se tiene en cuenta que el trazado de la carretera continental no fue una iniciativa privada de tres aventureros, sino un encargo de la Unión Panamericana (precursora de la OEA) y que contó con la colaboración de varios países.

Esto explica que los tres brasileños fueran recibidos como héroes en cada país que cruzaban, sin faltar encuentros con mandatarios como el estadounidense Franklin D. Roosevelt o el peruano Augusto Leguía, o la gran ayuda de personal militar y civil que contribuyó a realizar el duro trabajo de abrir camino donde solo había montañas, ríos y bosques.

"No había caminos, pero es que tampoco combustible, ni repuestos (para los dos vehículos)", explicó Braga, mientras muestra imágenes del viaje, con decenas de personas tirando de cuerdas amarradas a los Ford T y en medio de la sierra selvática que presenta la frontera entre Perú y Ecuador.

La historia del viaje arranca en 1928 en Río de Janeiro y finaliza 10 años después en Estados Unidos. Por el medio, los tres brasileños recorrieron Paraguay, Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y toda Centroamérica.

Aunque el objetivo inicial era realizar la carretera a lo largo de la sierra andina, los aventureros fueron incapaces de cruzar el Ande peruano y tuvieron que resignarse a transitar Perú por la costa, donde existían vías de comunicación anteriores a la llegada de los españoles.

Para publicitar aquel viaje, y coincidiendo con los 100 años del primer Ford T, Braga se encuentra recorriendo la misma ruta junto a su mujer y sus dos hijos, un viaje durante el que está grabando un documental y que también le permite continuar investigando y sumar más piezas al puzzle.

Aventureros, testigos de la historia de América, mitos del automovilismo mundial y creadores de la más importante carretera del continente: la historia de tres americanos que no merece quedar en el olvido.


Fuente: ( EFE )

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